terça-feira, 18 de agosto de 2009

CUBA LIBRE

Estou colando aqui uma carta publicada no jornal cubano GRANMA - órgão oficial do partido comunista daquele pais. Não vou fazer qualquer comentário, pois não sou chegado a covardia. Os leitores tirem suas conclusões.

"Publicadas el 14 de agosto 2009
Un parque como respuesta
Con fecha 4 de julio enviamos a esta sección una carta firmada por los vecinos de las calles Quinta y San Felipe, barrio Atarés, municipio de Cerro, en relación con las dificultades que estaban ocurriendo con los desechos de basura que Comunales de La Habana Vieja vertía en dicha esquina, frente al Círculo Infantil Batalla de Ayacucho.
Les damos la buena noticia que, al publicarse nuestra carta el pasado viernes 17 de julio, ese mismo día, por la tarde, depositaron materiales de construcción con el objeto de levantar un parque cuyo trabajo finalizó el lunes 20, incluyendo plantas ornamentales. Posteriormente, el día 25 de julio se realizó la inauguración en presencia de funcionarios del Consejo Popular, del pueblo, los niños y los dirigentes de los factores de la circunscripción.
Reciban también ustedes, de toda la población, de nuestros niños y de las organizaciones políticas y de masas de la circunscripción No.11, nuestro agradecimiento.
H. Hernández Marrero
Un charco veterano en San José de las Lajas
Somos vecinos del municipio de San José de las Lajas, exactamente Ave 27 esq. a 74. En ese lugar existe un "charco" que tiene tantos años como los órganos del Poder Popular. Mediante estos se han realizado las quejas sobre el mencionado "charco"; periodo tras periodo, delegado tras delegado y nada. Se preguntarán ¿y todo por un charco? Es que además de su longevidad, en estos momentos es una masa de agua verde que interrumpe el paso de los vecinos hacia un establecimiento de comercio interior (bodega) existente en la esquina del mencionado "charco". Para males mayores la acometida que abastece a no menos de 3 000 personas está rota hace ya seis o siete meses, lo que provoca un salidero los días que se abastece agua (es decir en días alternos). Solo no lo pueden ver aquellos que no quieran verlo. Las aceras casi desaparecidas, ahora son compartidas por peatones, bicicletas, bicitaxis, camiones de carga, autos etc, los murciélagos todas las tardes-noches hacen unos maravillosos espectáculos, chapoteando del "charco" hacia los espectadores, (no-sotros) poniendo en riesgo hasta nuestra salud y la de nuestros hijos.
Hace un año en la última ocasión, una brigada arregló por los cuatro puntos cardinales a partir del mencionado "charco". Este no se pudo arreglar porque ese día llovió, los vecinos como buenos cubanos al fin nos convocamos solos. Salimos para la calle con inimaginables utensilios a sacar el agua que allí se había estancado y dejarlo listo para arreglar el hueco al amanecer. Pero solo sucedió eso, amanecer, la brigada, los equipos y la esperanza de arreglar el hueco se desaparecieron. ¿A qué hay que esperar, a una epidemia, a un accidente para arreglar el hueco?
Vecinos de Ave. 27, San José de las Lajas
Qué abuso
Desde hace un tiempo se ha convertido en algo común, que los P-7, P-2 y P-1 antes de llegar a la parada oficial, unos metros antes, hagan una parada para las personas que han llegado a su destino y después hacen otra parada en la que corresponde, para recoger el pasaje. Alegan que de no hacerlo así muchas personas montarían sin abonar los cuarenta centavos.
El sábado 8 de agosto por la mañana descubrí que la modalidad era otra, parar antes de la parada oficial unos metros para bajar el personal y recoger solo los que por sus condiciones físicas corren a una velocidad que pueden alcanzar el ómnibus. El resto de la población, que disciplinadamente se queda en la parada, tiene que conformarse con ver pasar al ómnibus y con la indiferencia del chofer.
Ese mismo día 8 de agosto, a las 9 y 30 p.m., llegué a la parada de la Virgen del Camino, había grupos grandes de personas en tres lugares distintos tratando de adivinar dónde pararían los P-7 y P-1, de viaje hacia el Cotorro.
Lo que se vio en ese lugar fue una verdadera vergüenza. Desde las 9 y 30 hasta las 10 y 30 aproximadamente pasaron cinco ómnibus, paraban como a dos cuadras de la parada oficial donde estaba el primer grupo de personas, donde estaba el segundo grupo, el más numeroso, no paró ninguno de los cinco, mucho menos en la parada oficial.
Hubo un momento que pasaron dos P-1 juntos, el segundo casi vacío y ni por eso se dignó a cumplir con su deber.
Casi a las 10 y 30 pasaron dos P-1 juntos que pararon en la parada oficial, pero muchas personas tenían que correr gran distancia y no pudieron alcanzarlos, entre ellos yo, que tengo 7l años de edad y como yo muchas personas con niños pequeños, que no podían disimular la desesperación, entre ellas una mamá que venía del hospital con un niño enfermo que no dejaba de llorar ni un minuto.
Entre tanto pueblo quejándose y haciendo uso del idioma de acuerdo con la indignación que cada cual sentía, no faltó el que opinó, que no pueden parar porque son demasiadas personas y no caben.
Si algo ha reconocido la población del Cotorro, en los peores momentos del periodo especial ha sido el esfuerzo de los directivos de esa terminal por mantener el servicio a la población, que les mereció incluso el título de Vanguardia Nacional por varios años. Por eso duele que actitudes como estas empañen ese esfuerzo, no es justo.
El pueblo sabe las dificultades que tiene el país y no hay duda de que si los ómnibus no tienen la misma frecuencia los sábados y domingos tiene que responder a un motivo justificado.
Lo que no se justifica, a mi modo de ver, es que no se busquen variantes, como puede ser inspectores en las paradas más concurridas los fines de semana, donde se organice la cola, se entreguen tickets, como se hizo en las peores etapas del transporte con los amarillos, los azules. Buenos ejemplos tenemos en este sentido.
No es justo que no se pueda salir a la calle el fin de semana, después de una semana de trabajo, y que una parada del ómnibus se convierta en la ley del más fuerte.
Yo le preguntaría a los cinco choferes que no pararon a recoger al pueblo allí reunido, cómo se sentirían si llegaran a una consulta de un médico y después de esperar su turno, el médico le cerrara la puerta en las narices, cómo se sentirían si después de hacer la cola en una tienda, no lo dejaran pasar estando en el horario establecido. ¡Vergüenza debía de darles!
Irma Sehwerert Mileham
El pan nuestro de cada día
Los vecinos de la Comunidad Julián Alemán del km 6 de la Vía Rápida de Varadero-Matanzas, mas conocida por La Conchita, después de haber realizado varias reclamaciones sobre la calidad del pan y modo de traslado decidieron, al no encontrar respuesta, escribir a este periódico a la sección Cartas a la Dirección.
Por todos es conocido que en nuestro país el Estado realiza grandes esfuerzos para dar solución a la situación alimentaria de nuestro pueblo. Por lo complicado del tema nos indigna ver como cada día se malgastan las materias primas que se utilizan en la elaboración del pan. Por más de seis meses ha llegado a la bodega con muy mala calidad, pudiéramos decir pésima.
La semana pasada recogí diariamente los panes que corresponden a mi núcleo familiar (3), al concluir la semana se los llevé a mi vecino para sus puercos. ¿Es que acaso no me hacían falta, teniendo hasta niños de vacaciones en la casa? Es que era criminal darle aquel pan a un niño. Su mal aspecto, color, olor y mala presentación eran evidentes.
Al interrogar al bodeguero nos explicó que le habían dicho que se estaba elaborando con harina de la mala y que por eso salía con mala calidad.
Por otra parte está el tema de la transportación. Este pan para más de 900 núcleos familiares se traslada a la bodega 093 de La Conchita en un camión V-8 de la empresa de comercio del municipio de Cárdenas, sin lona ni nada para proteger los panes, atravesando toda la carretera sin asfalto y levantando el polvo de manera increíble, el cual va a caer encima de los panes sin protección alguna.
Al preguntarle al chofer y al estibador, nos responden que ellos no tienen la culpa, que a ellos no les crean las condiciones y que así ellos lo trasladan.
Después de todo este recuento de lo que estamos viviendo a diario tenemos las siguientes interrogantes:
¿Quien en el centro de elaboración del pan se encarga del control de los productos que se envían a las distintas bodegas? ¿No saben que ese pan lleno de tierra-polvo y a veces hasta mojado o envasado caliente, lo consume todo el pueblo, incluyendo los niños y las embarazadas? ¿Los compañeros de higiene y epidemiología provincial y salud pública no tienen dentro de su contenido la supervisión de estas cuestiones?
Y además, debemos tener en cuenta que el pan es un producto que no se cocina antes de su consumo. Las inversiones que realizó la cadena cubana del pan en tecnologías de punta no incluyen las producciones de panes para las bodegas.
Nuestro pueblo se merece el respeto de los que se dedican a esta tarea ya que percibimos que son factores totalmente subjetivos los que están incidiendo en la chapucería y en la mala calidad de lo que hacemos, nada tiene que ver con la falta de recursos."

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